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Limoncello

Domingo

Domingo

Hoy veo esta imagen y no me mueve el piso como diría algún boludo de Buenos Aires (aunque admiro su belleza desde la distancia emocional). Hace un par de años provocó pasión en mí y por eso la capturé en mi cámara de viaje por Argentina. Nada es eterno, o por eso mismo, por su fugacidad no me pertenece y pasa al olimpo del limbo de las cosas inmortales. Pero entonces…que me pertenece? Ni siquiera tengo granja en Africa que pueda refutar minimamente esta teoría. Quizás la hipoteca que me acosa en forma de pesadilla algunas noches y producto de una cabezonería, de un sueño que empiezo a disfrutar cada vez mas…si quizás mi cabeza es mía, aunque a veces creo que la posee algún alien nocturno. Pero lo cierto es que si creo que voy echando raíces, las raíces que he elegido yo y no las impuestas por los “deberias”. 

Ayer estaba loca por salir y buscar momentos divertidos en el barrio, y horas más tardes era carne de cañón del sofá de mi casa y del cañón-proyector de mi salón y de las pelis prestadas de un vecino. Sonó el teléfono varias veces y ni caso. Los planes se fueron por el sumidero de la desgana sobrevenida. Y después explicarme ante los amigos y conocidos…uff que rollo. Si, también empieza a pertenecerme la sinceridad de hacer lo que me da la gana. Y empiezo a asustarme de este poder inmenso que otorga la autosuficiencia. Si, a veces me da miedo. Me asomo al balconcito de mi casa y pienso que este momento no existe y me da hasta vértigo haber llegado hasta aquí yo sola, o casi sola, o nada sola, vete tú a saber. 

Los domingos destilan soledad, mas soledad que ningún otro día cuando vives sola. Te gustaría enrollarte como un ovillo de lana y sumergirte en el paraíso infantil del ver pasar las moscas y urdirles un plan de exterminio y tortura de siesta de agosto. Pero soy “adulta” así que haré el paripé ese de comprar el periódico como si me interesara lo que pasa en el mundo, dar las gracias al del kiosko en tono jovial y seguro como si ya hubiera superado todos los miedos adolescentes y escuchar el usted ese como si no me cabreara nada que me vieran ya como una mujer hecha y derecha… y entonces me entran unas ganas feroces de enseñarle a todos mi escoliosis galopante y las líneas curvas de todas mis indecisiones.

1 comentario

Fernando -

El domingo es un dia de marasmo.
Buen dia y buena semana