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Limoncello

El deseo

El deseo

Leo consternada que hay una mujer, la primera mujer de Octavio Paz, Elena Garro que confesó públicamente “yo vivo contra el, estudié contra el, hablé contra el, tuve amantes contra el, escribí contra el…en fin, todo lo que soy, soy contra el”. Y el autor del artículo hace una reflexión, la compara con Juana Inés de la Cruz (otra gran mística como Santa Teresa), mujeres atrapadas en el drama de la reacción, sin tiempo para procesar estrategias para salir de su aprisionamiento…

 

Y me pongo a pensar. Pienso en ello y me sorprende cómo el alma humana se agarra a la rabia y a la pasión de forma tan desmedida. Y compruebo una vez mas cómo esta raza tan peculiar que somos es víctima del deseo en muchas ocasiones. Y  medito sobre cómo el tiempo, esa arena inexistente y misteriosa que se disuelve entre las manos obra milagros para ir quitándonos capas y capas milenarias de torpeza y desvaríos, cómo el paso de los años nos va despojando de los ropajes pesados y nos va devolviendo a la ingenuidad y a la vez certeza de las cosas realmente que son verdad desnuda y sin laberintos, que finalmente se reducen a dos a tres crisálidas de luz en el camino.

 

Babelia esta semana no tiene desperdicio. Me dibuja el drama desgarrador de la familia de Thomas Mann, literato de éxito en vida y con dos hijos suicidados y otros dos que reprochan al gran autor su ausencia, todos víctimas del exilio permanente, del judío y del de ellos mismos. Una vez mas la pasión de los hijos devora la abulia y cartesiana disciplina de su progenitor al escribir tan maravillosas obras como “La montaña mágica”. Siempre he pensado que tras la contención y la frialdad en la juventud hay bombas de relojería punzando por explotar. Y a veces lamentablemente las generaciones posteriores las purgan como pueden, a lo bonzo incluso.

 

Pero me quedo sin duda con la historia de Henry de Monfreid, hijo de George de Monfreid, amigo y colaborador de Matisse, Verlaine y sobre todo Gauguin (adoro a este loco pintor del misterio de Haití), pintor y navegante. Su hijo decide en parte emular a su padre como navegante pero explorando encuentra otras formas de expresión y experimenta con la fotografía. Henry decide cambiar las aguas de la costa catalana por los mares del sur de Africa. Allí emprende una travesía un tanto kamikace en busca de los extremos. Trafica con perlas y hachis y se adentra en la Africa negra aún sin dominar en algunas de sus regiones por el hombre occidental. Hace fotos utilizando técnicas novedosas entre las cuales está el colorearlas a golpe de impresiones de color. Hace reporterismo directo y sin artificios sobre la brutal realidad de Africa. Me dejan sobrecogidas sus imágenes. Son crudas, y dotadas del poder del dardo desafiante de la sinceridad, de la vida de las gentes de allá a principios del siglo pasado. Escribió muchos libros y burló todo tipo de peligros y destinos en sus viajes. Murió, tras una larga existencia preñada de vivencias al límite de la búsqueda, a los 95 años.

 

La pasión y el deseo…cuan bellos vestigios en forma de biografías nos ha dejado y nos dejará siempre!

 

Pero hoy vengo de ver “La soledad”, magistral retrato de los detalles. Si, de esos detalles que a modo de gestos contenidos y parcos, describen muchos de los misterios de las relaciones humanas pero en oposición a todo lo expuesto anteriormente- y por eso intimamente ligado-  la tristeza y grandiosidad de una vida llena de rutinas que tejen el ovillo de las cosas conformistas y conformadas con el sistema familiar. Pero ojo, me dio la sensación que en una segunda parte de esta película los personajes están a punto de mandarlo todo al carajo tras tantas heridas que deja abierta la historia y que los protagonistas en principio llevan con una dignidad y contención asfixiantes.

2 comentarios

limoncello -

hola cielo.....yo soy una apasionada de los temas artisticos y encuentro gran placer solo para mi en recrear la vida de otros artistas y en lo que me sugieren. Si a alguien no le gusta pues que no lo lea. No te puedo decir otra cosa. Y no, no me gustado tu forma de expresarlo la verdad, pero me gusta que seas sincera, eso si...besos guapa.

amalia -

maría cariño, escribes bonito pero a veces me da la sensacion de que son palabras bellas que no dicen nada... este texto por la extensión y los circunloquios no he podido terminarlo... podrias ser más directa y/o breve? te recreas en el lenguaje y en el "despojo", pues "despeja" algunas ideas... es como tu diario de viaje de argentina, no daba la vida para terminarlos... es un blog no un ensayo o novela, no? que densidad chiquilla!espero que no te moleste: amalia