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Limoncello

Al sol del membrillo

Al sol del membrillo

Aunque no coincida con esa maravillosa peli sobre el proceso de pintar un membrillo por Antonio López ( si, maravillosa para los que aprecian el arte de pintar observando los ínfimos cambios de luz y de posición de los elementos de una escena a medida que pasa el tiempo y las estanciones), en un día de campo la familia se reune a coger membrillos impulsados por mi tio Curro. Magnífico día de campo, lleno de detalles a los que estaba abierta y que se abrieron de par en par a mi ojo receptivo, desplegándose desde el inicio de la tarde a la puesta de sol.

Curro es todo un personaje. Ermitaño hubiera querido ser , y lo fue con la excusa de una vocación religiosa que en su silencio nadie ha sabido por qué renunció a ella en los años mas maduros de su vida. Ha vivido muchas vidas en distintos conventos perdidos y donde creo que fue mas feliz, y ninguna, cuando decidió renunciar a todo y permanecer en un segundo plano. Artesano, restaurador de iglesias y pinturas y cosas en general viejas, carpintero, coleccionador de sellos, embutido en el disfraz de los que recogen la miel ante el asombro veraniego de todos sus sobrinos, enlatador de confituras y hacedor del mejor queso fresco que he probado nunca. Hoy día, ni la sombra del artista que siempre ha llevado dentro, lleno de achaques muy duros de llevar pero que como siempre los lleva en silencio. Ese silencio en el que quiero sumergirme yo ahora, ahora que tengo mas ruido del necesario en mi corazón y en mi cabeza. En ellos estamos si.

( foto : mi prima Inma y su hijo cogiendo membrillos un domingo)

1 comentario

loretilla -

leer ésto me deja constancia de que la realidad no existe... Qué manera de ver lo mismo de tan distinta forma...

desde luego que los objetos internos, al final, son los que nos marcan la realidad del mundo... nuestra realidad.